en este solsticio de invierno.
Dejas de ser ausencia,
deseo o esperanza.
Quedas reducido a noción en la memoria
ceniza esparcida
cicatriz.
Te encarcelo palabreado
Te ato, te fijo y te abandono en esta página
no para olvidarte sino para hacerte recuerdo,
decantarte
convertirte de ideal en testimonio.
Te expulso, te diferencio, te declaro
Te paro de pensamiento.
Te saco de mi lengua,
para desposeerte,
desconocerte.
Lleno mi frente, pecho y vientre
de mi silencio de ti.
Y delante de esta luna llena
me despojo.
Guardo aquí tu nombre mítico
a libro cerrado.
Arquetipo memorable pero ajeno
Te extravío.
Te hago impronunciable
incontable,
inocente.
Te puntualizo
polvo de grafito, tinta, byte.
Signo de un signo.
N. Pinillos