he desplegado mi orfandad sobre la mesa, como un mapa. Dibujé el itinerario hacia mi lugar al viento. Los que llegan no me encuentran. Los que espero no existen. Y he bebido licores furiosos para transmutar los rostros en un ángel, en vasos vacíos.
Hoy no bebo del cáliz de la ausencia
No acepto el ayuno de palabra
Te digo
te invoco
te presencio
No abrazo la cruz
no me resigno
Ven
que hoy no repito la trama
Hoy improviso.
De las
almas creadas supe escoger la mía. Cuando parta el espíritu y se
apague la vida, y sean Hoy y Ayer como fuego y ceniza, y acabe de
la carne la tragedia mezquina, y hacia la Altura vuelvan todos la
frente viva, y se rasgue la bruma... yo diré: Ved la chispa y el
luminoso átomo que preferí a la arcilla.