Carteles de Rafal Olbinski

jueves, 19 de junio de 2014

Desolación


A quien cuyo nombre significa Bienaventurada

Con cada gota de sangre que baja
un hijo muere
Hecho trizas de carne su tierno corazón
hace del tuyo
granos de sal desmoronada
Diógenes de las penas por tanta imposibilidad
Cómo soltar el vientre que retiene aquel eco
de un pulso que pasaba inadvertido
La pulsión de la vida es ahora silencio
del heraldo que llega
y deja ese mensaje mudo de la ausencia
Con cada lágrima que corre
se baña a ese  hijo de una y de otra
porque además de la crianza
los duelos también son comunitarios
Se reparte la leche
los brazos y el consomé
Con cada gota de sudor que cae
se vive un desierto de cuarenta días
El éxodo del hijo no nacido
del sin nombre, sin historia y sin embargo
miembro
amado, rechazado, esperado o expulsado
como todos los que tenemos ombligo.

 N. Pinillos

La locura ante todo (fragmento)

No hay más que palabras definitivas. No hay otras palabras. Tengo una fiebre de buscador de oro para encontrar esa palabra: el diamante de una obrera. Si no la encuentro voy a arrastrarme a lo largo de los cafés cerrados a las once de la noche. Las sillas, una sobre otra, son elocuentes, y yo estoy muda. ¿En qué te has convertido, tú, que querías escribir? Un pedazo de diario pisoteado con el que se divierte el viento en una calle pisoteada.

Violette Leduc

 Ed. Sudamericana, buenos Aires, 1973
Traducción de Estela Canto