Como un fantasma deambulo por mis recuerdos
sólo me queda la sombra que se diluye en la casa amada
como un viento frío y lejano me acerco para mirar por última vez la pared roja!
Mi voz como un eco retumba agonizante por la escalera
mis pasos ya no se sienten
mi sonrisa ya no se refleja en la ventana
mis lágrimas sólo logran empañar el cristal
y ya no quedan vestigios de mis flores en el balcón
Mientras...
afortunadamente,
siguen floreando la cayena blanca, la cayena roja
y el cerezo!
Natalí Rocha Capiello
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