Carteles de Rafal Olbinski

jueves, 23 de diciembre de 2010

Des-pedido

Es la última vez que conjuro tu nombre,
en este solsticio de invierno.
Dejas de ser ausencia,
deseo o esperanza.
Quedas reducido a noción en la memoria
ceniza esparcida
cicatriz.

Te encarcelo palabreado
Te ato, te fijo y te abandono en esta página
no para olvidarte sino para hacerte recuerdo,
decantarte
convertirte de ideal en testimonio.

Te expulso, te diferencio, te declaro
Te paro de pensamiento.
Te saco de mi lengua,
para desposeerte,
desconocerte.
Lleno mi frente, pecho y vientre
de mi silencio de ti.
Y delante de esta luna llena
me despojo.

Guardo aquí tu nombre mítico
a libro cerrado.
Arquetipo memorable pero ajeno
Te extravío.
Te hago impronunciable
incontable,
inocente.
Te puntualizo
polvo de grafito, tinta, byte.
Signo de un signo.

N. Pinillos

La Boda (fragmento)

Yo tenía un Esposo,
Pero no me había casado
Las bodas sólo se celebran    Cuando llega la muerte


A mí la enfermedad me obsequió unas alianzas
El cruce de alianzas debe oficiarse bajo el Ala Derecha/
                                                                                              del Ángel

 Las únicas flores permitidas son las Rosas Rojas que/
                          sujeta contra su pecho Santa Catalina de Siena


Llevo entre las manos Malabares Nardos Malvas Azahares
Un follaje de Azulejos Canarios Cristofué


Mis hermanas son las Damas del Cortejo
Mi Madre, la Madrina
(Mientras camino hacia el Altar, Paula la amable arroja/
dátiles y avellanas, augurando un matrimonio fructífero)


La Hermana que me sigue tiene un corazón que nada/
                                                                                      en agua dulce
–Es mi Santa– Es más Santa que la Negada de Lisieux
Ella me llevó al Hospital       Ella me sacó del Hospital
Ella me sanaba
Ella sanaba mi Herida
(Cuando entré al quirófano le pedí perdón al Ángel/
                                                   por haberlo tuteado)
(Cuando entré al quirófano imploré mirando al cielo:/
                                                Porque se cierre la Herida del Ángel
                                                Porque se cierre la Herida del Ángel)


Quizá era necesario que me abrieran la cabeza
Los Azulejos Canarios Cristofué necesitaban tomar aire
Los Azulejos Canarios Cristofué necesitaban asistir/
                                                                               al Banquete

 Mi Abuela sirvió manjares y Mi Hermana Mayor/
                                       encendió los Candelabros de Plata
Alrededor de esos Candeleros brillaba la escarcha/
                                                                que esparce la Rosa
Patricia Guzmán

martes, 23 de noviembre de 2010

Historia material en la penumbra

Todo pasa, nada es definitivo.
Ni la muerte permanece.
¿Quién dice que el punto final termina una historia?
En ese silencio blanco
en el vacío de lo imposible
algo se entreteje en lo profundo.

No hay principio ni fin en un relato
sólo pistas que se encuentran y se pierden
En la rueda de la fortuna
nada hay que se detenga,
nada que empiece a moverse.
Nuestra historia continua sin argumento
ocurriendo en dos líneas paralelas
distanciadas en tiempo y en espacio
Dos destinos que no llegan a tocarse.

Entre tú y yo hay una historia secreta
de no presencias
de no coincidir en ninguna parte
de no encontrarse, de ni siquiera pensarse
de existencias ignoradas, señales imperceptibles
que prosigue, sin embargo, en lugares comunes
conocidos
por conocer
En el paso por la misma calle a horas distintas
En una sensación que no llega a ser recuerdo
al pisar la plaza de antaño.
En el viaje que alguna vez por separado
ambos haremos con otros.
A destiempo, cada uno en el suyo, que no corre igual para ninguno.
Diégesis fragmentaria que se gesta en la oscuridad.

Una historia deshilachada,
rizomática
que ni siquiera el azar define
Sólo los objetos que reúnen los relatos
como el signo que  precede al sacramento
son lo único que queda tras el  polvo:
La silla del café usada por ambos
El libro releído en otra lengua
El tubo del metro que reúne nuestras palmas
La ciudad donde ya no vivimos
La mesa generosa de algún anfitrión
La moneda que va de mano en mano
Aviones retrasados y aeropuertos
Las estrellas del solsticio de verano
La oración pronunciada los domingos.

El momento de encontrarse pasa de largo,
Indiferente.
Quizás un desatino, un error, una mancha en la escritura
hagan posible el encuentro.
En sueños, olvidados al instante.
Bajo la tierra, que a todos acoge tarde o temprano.
En el infinito, donde las paralelas se juntan.

N. Pinillos

viernes, 5 de noviembre de 2010

Ritual para mi muerte

Llegó el tiempo en que fui invitada
a un baile de máscaras.
En aquel entonces yo era hermosa
me gustaba ser mirada, admirada en secreto
me puse mi mejor vestido
pero de nada me valió
cuando toqué la puerta nadie me escuchó
Dejé mi máscara con desprecio y me fui.

Llegué a ser excluida, minimizada
declarada indigna
abandonada por todos, también por mí
De nada me sirvió
cuando toqué la puerta nadie me acogió
Dejé mi máscara con lástima y partí.

Ávida de conocer qué había detrás de la puerta
me presenté con todas mis credenciales
mi experiencia, mi colección de certezas
No hubo resultados
nunca entendí por qué la puerta no se abrió.
Dejé mi máscara sabiamente y no volví

Fiel a mí misma, me presenté al baile
con perseverancia toqué la puerta
hasta hacerme sangre los nudillos
Sólo recibí el eco del vacío tras el umbral
Lacrimosa dejé mi máscara y hui

Con traje de alegría y confianza
acudí a la convocatoria
Toqué espontáneamente la puerta
expresando mi deseo de entrar
La puerta no se abrió
 yo dejé mi máscara agradecida
ese no era el destino para mí.

Colérica e impetuosa me presenté
Implacable golpee la puerta
hasta casi echarla abajo
Pero no pude entrar
Cansada dejé mi máscara y maldije

Buena y compasiva llegué ante la puerta
Sensiblemente di tres toques
No hubo respuesta.
Indignada dejé la máscara y perdí la fe

En silencio me senté ante la puerta
No toqué, pero esperé serenamente
Nada sucedió
Sólo un murmullo incomprensible
se escuchaba al otro lado.
Dejé mi máscara  y me dormí.
Si la puerta se abrió nunca lo supe.

Cuando llegué junto a la puerta
la última máscara cayó al suelo
Tuve miedo de ser indistinguible de un vegetal
Con dolor me arranqué  la carne endurecida
Vacié las cuencas de mi ojos
dejé al descubierto mis remiendos
renuncié a mi última voluntad
entregué el resto de mi aliento.
Entonces la puerta se abrió  y yo entré
No había nadie más
Sólo ésta,
silenciada
sin piel,  desnuda hasta los huesos.
Ésta,
Postrada , sin rostro
con las manos vacías
 y la tierra amortajándola.
Ésta,
que muere por ti.

N. Pinillos

sábado, 30 de octubre de 2010

Lady Lazarus

Lo logré otra vez,
me las arreglo
Una vez cada diez años.

Especie de fantasmal milagro, mi piel
Brillante como una pantalla nazi,
mi diestro pie

Es un pisapapel,
Mi rostro un fino lienzo
Judío y sin rasgos.

Descascara la envoltura
Oh, mi enemigo,
¿Aterro acaso?

¿La nariz, las cuencas vacías, los dientes?
El apestoso aliento
Se desvanecerá en un día.

Pronto, muy pronto, la carne
Que la tumba devoró
Se sentirá bien en mí

Y yo una mujer que sonríe.
Tengo sólo treinta años.
Y como gato he de morir nueve veces.

Esta es la Número Tres.
Qué desperdicio
Eso de aniquilarse cada década.

Qué millón de filamentos.
La multitud mascando maní se agolpa
Para verlos.

Cómo me desenvuelven la mano, el pie
El gran desnudamiento.
Damas y caballeros.

Estas son mis manos
Mis rodillas.
Soy tal vez huesos y pellejo.

Sin embargo, soy la misma, idéntica mujer.
La primera vez que sucedió tenía diez.
Fue un accidente.

La segunda vez pretendí
Superarme y no regresar jamás.
Oscilé callada.

Como una concha marina.
Tenían que llamar y llamar
Recoger mis gusanos como perlas pegajosas

Morir
Es un arte, como cualquier otra cosa.
Yo lo hago excepcionalmente bien.

Lo hago para sentirme hasta las heces.
Lo ejecuto para sentirlo real.
Podemos decir que poseo el don.

Es bastante fácil hacerlo en una celda.
Muy fácil hacerlo y no perder las formas.
Es el mismo

Retorno teatral a pleno día
Al mismo lugar, mismo rostro, grito brutal
Y divertido:

'Milagro!'
Que me liquida.
Luego una carga a fondo

Para ojear mis cicatrices, y otra
Para escucharme el corazón
De verdad sigue latiendo.

Y hay otra y otra arremetida grande
Por una palabra, por tocar
O por un poquito de sangre

O por unos cabellos o por mi ropa.
Bien, bien, está bien HerrDoktor.
Bien. Herr Enemigo.

Yo soy vuestra obra maestra,
Su pieza de valor,
La bebe de oro puro

Que se disuelve con un chillido.
Me doy vuelta y ardo.
No creas que no valoro tu gran cuidado.

Ceniza, ceniza
Ustedes atizan, remueven.
Carne, hueso, nada queda

Una barra de jabón,
Una alianza de bodas.
Un empaste de oro.

Herr Dios, Herr Lucifer
Cuidado.
Cuidado.

Desde las cenizas me levanto
Con mi cabello rojo
Y devoro hombres como el aire.

Silvia Plath

Versión original:

Lady Lazarus

I have done it again.
One year in every ten
I manage it

A sort of walking miracle, my skin
Bright as a Nazi lampshade,
My right foot

A paperweight,
My featureless, fine
Jew linen.

Peel off the napkin
O my enemy.
Do I terrify?

The nose, the eye pits, the full set of teeth?
The sour breath
Will vanish in a day.

Soon, soon the flesh
The grave cave ate will be
At home on me

And I a smiling woman.
I am only thirty.
And like the cat I have nine times to die.

This is Number Three.
What a trash
To annihilate each decade.

What a million filaments.
The Peanut-crunching crowd
Shoves in to see

Them unwrap me hand in foot
The big strip tease.
Gentleman , ladies

These are my hands
My knees.
I may be skin and bone,

Nevertheless, I am the same, identical woman.
The first time it happened I was ten.
It was an accident.

The second time I meant
To last it out and not come back at all.
I rocked shut

As a seashell.
They had to call and call
And pick the worms off me like sticky pearls.

Dying
Is an art, like everything else.
I do it exceptionally well.

I do it so it feels like hell.
I do it so it feels real.
I guess you could say I've a call.

It's easy enough to do it in a cell.
It's easy enough to do it and stay put.
It's the theatrical

Comeback in broad day
To the same place, the same face, the same brute
Amused shout:

'A miracle!'
That knocks me out.
There is a charge

For the eyeing my scars, there is a charge
For the hearing of my heart
It really goes.

And there is a charge, a very large charge
For a word or a touch
Or a bit of blood

Or a piece of my hair on my clothes.
So, so, Herr Doktor.
So, Herr Enemy.

I am your opus,
I am your valuable,
The pure gold baby

That melts to a shriek.
I turn and burn.
Do not think I under estimate your great concern.

Ash, ash
You poke and stir.
Flesh, bone, there is nothing there

A cake of soap,
A wedding ring,
A gold filling.

Herr God, Herr Lucifer
Beware
Beware.

Out of the ash
I rise with my red hair
And I eat men like air.

Silvia Plath

jueves, 28 de octubre de 2010

Oración

No más amaneceres ni costumbres,
no más luz, no más oficios, no más instantes.
Solo tierra, tierra en los ojos,
entre la boca y los oídos;
tierra sobre los pechos aplastados;
tierra entre el vientre seco;
tierra apretada a la espalda;
a lo largo de las piernas entreabiertas, tierra;
tierra entre las manos ahí dejadas.
Tierra y olvido.

María Mercedes Carranza

viernes, 8 de octubre de 2010

Amor Feliz

Un amor feliz. ¿Es normal,
 serio, útil?
¿Qué saca el mundo de dos personas
que no ven el mundo?

Encumbrados hacia sí mismos sin mérito alguno,
dos al azar entre un millón, pero seguros
de que así tenía que ocurrir. ¿Como premio de qué? De nada;
la luz llega desde ninguna parte.
¿Por qué cae precisamente sobre ellos y no cae sobre otros?
¿Ofende eso a la justicia? Así es.
¿Viola principios cuidadosamente almacenados,
derriba de su cima a la moral? Viola y derriba.

Mirad que felices:
¡si disimularan aunque fuera un poco,
si fingieran aflicción para animar a los amigos!
Escuchad cómo ríen. Es insultante.
Qué lenguaje utilizan, aparentemente comprensible.
Y esas ceremonias suyas, esas celebraciones,
sus rebuscadas obligaciones de unos para con otros,
¡parece una conspiración a espaldas de la humanidad!

Resulta incluso difícil prever qué sucedería
si pudiera cundir su ejemplo
Qué podrían hacer religiones, poesías;
qué se recordaría, qué se abandonaría,
quién querría permanecer en el círculo.

Un amor feliz. ¿Es necesario?
El tacto y el sentido común nos obligan a callar al respecto
como si de un escándalo en las altas esferas de la Vida se tratara.

Espléndidos bebés nacen sin su ayuda.
Nunca podría poblar la tierra,
no es, que digamos, muy frecuente.

Que la gente que no conoce un amor feliz
afirme que no existe un amor feliz en ningún sitio.

Con esa fe les será más fácil vivir y también morir.

Wislawa Szimborska

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Minuto de lluvia

Quedo a la intemperie en este minuto de lluvia

hasta ser milenios extendido en su humedad.

Milenios de soledad son los que pesan en mi cuello,
en mi garganta que canta la partida de lo nuestro.

Este amor será luego tinta, carta en el éter de todo lo dicho,
un elefante olvidado por la tierra,
volando sin gravedad
                                               y angustiado por ello,
tan lleno de memoria que duele,
                                           sin el recorrido,
                                           sin el ancla de sus pasos.

Hoy me pesa la madera de mis valles,
noto los árboles caídos, y las flores;
las que viven aún,
                          están respirando el aliento que me queda.

No sé adonde se fueron mis ríos,
ni qué criatura salvaje asustó mi eco,
ése que solía volver a mi hombro
después de alzar vuelo y recorrer lo imprevisto.

Aquí estoy hurgando en la arcilla del planeta,
encontrando a ratos algunos de mis huesos,
a ratos, los fragmentos astillados de mi juicio.

Isabela Méndez
(De la serie de poemas de Nueva York – 2003)

jueves, 2 de septiembre de 2010

Amor sin genitivo

Donde quiera, como quiera
déjalo, que simplemente exista.

Destello eterno de luna:
ahora en alguna parte,
después aquí, donde sea…

Es certeza ondulante,
pasajero que traza
órbitas a mano alzada.

De súbito, un eclipse,
coincidencias,
siempre en atinadas distancias.

Es devenir constante
con constipados de apego estacionales.

No puede hacerse más,
aceptarlo, curar los constipados.

Nos trasciende,
porque existe.

Daniela Ruiz Puigbò
Junio 2005

domingo, 20 de junio de 2010

A la memoria de un difunto

¿Quién lo diría?
Te veo pasar con suavidad,
hablas, respiras
escribes
te acomodas y sin embargo,
no eres aquel a quien amé.

Aquel a quien amé ya no está, se fue,
partió en el último navío que salió de Ítaca
Sin retorno.
Aquel a quien amé recibe canciones melancólicas
como ofrenda funeraria.

Aquel a quien amé se llevó consigo
una parte mía que ha muerto con él
Esa parte en dónde éramos juntos
ahora sólo quedo yo, juntos.
Ya no moriré de la misma manera otra vez
ésta que queda, es la que miro en el espejo cada día
pero ya no aquella a quien perdí de vista
agitando su pañuelo en el puerto.

Después de la tristeza, el vacío,
el orificio en el pecho por la flecha arrancada.
Ya no te amo,
amo al Amor que te tuve,
y le rindo tributo solemne
con una corona de flores.
Ya no te espero
en esa impaciencia de asomarse al balcón.
No hay más reclamo, sólo silencio.
Soy libre del tormento del amor.
No purgo penas, ya nada debo.

Duele menos la pérdida que el anhelo incumplido
No tienes nada que ofrecerme,
he ahí mi ganancia y mi fruto:
el abrazo a la impermanencia,
la clausura de espacios siempre ausentes,
la visión del desengaño,
el amor sin ilusión de recompensa.
Tú,  me has procurado el desierto y la inhóspita noche
y  yo, al final, amorosamente, te he sobrevivido.

N. Pinillos

domingo, 13 de junio de 2010

Volver al Centro

Quiero volver a lo térreo.
A  cuando la rosa era  rosa y no signo lingüístico.
A la  tierra húmeda entre las manos
los pies sobre la hierba
y la mirada hacia  el lado oscuro de la luna.
Presagiar el olor a café de media tarde
y trazar un círculo de brujas.

Volver a lo mío.
Al cuerpo prestado, sin  anatomía.
al amante perdido, sin amor platónico.
al tiempo presente, en primera persona.
A cuando las viejas decían que iba a llover
y llovía.

Volver a lo simple.
Aceptar a  la gente y no a la idea de amar al prójimo.
Pintar y escribir como oficio subversivo.
A cuando no había tanta posibilidad de elegir y había de todo
y mi omnipotencia no era más que un estado inocente
libre de daños y lesiones, en una mañana soleada.
A cuando estar triste y callada no requería prozac.

Quiero volver al principio.
Al tiempo de muerte, los funerales y las flores.
A un momento para cada cosa, que es ese y no otro.
Al reloj de arena, la vela, la primavera que acaba.
Desenredar los hilos de las profundidades y las sombras.
Al comienzo que se esconde detrás de la ceniza.
Al barro, a lo blanco, a las manos vacías,
al centro de mi pecho.

N. Pinillos

sábado, 22 de mayo de 2010

Alter Ego

La familiaridad de tu rostro, no tu rostro
La proximidad de tu cuerpo, no tu cuerpo
La calidez de tu abrazo, no tus brazos
Hablarte de mí, el eco de mi voz en tus palabras
Mi mano encontrando la tuya
La memoria inmóvil de lo que  no soy
Mi reflejo en tus ojos al final de la jornada
Tener norte y mástil
El olvido de mi finitud y mi vacío
La idea de compañía, estando sola
Tu presencia mínima, no a ti
A mí, pensándome contigo,
eso es lo que extraño.

N. Pinillos

domingo, 9 de mayo de 2010

Sin título

Tanto se quedaron solos,
tanto sin una palabra,
en tal desamor, que merecen un milagro:
un rayo desde una nube alta, convertirse en piedra.
Dos millones de ejemplares de la mitología griega
y no hay salvación para ella ni tampoco para él.

Si cuando menos alguien estuviera de pie junto a la puerta,
si cualquier cosa apareciera, cuando menos un momento, y desapareciera:
algo triste, optimista, de donde sea, de ningún lado,
que provocara risa o miedo.

Pero no va pasar nada. Ninguna espontánea
improbabilidad. Como en un drama burgués
será una separación correcta hasta el final,
no honrada ni siquiera por un hoyo en el cielo.

En el fondo inconmovible de la pared,
deplorables el uno para el otro,
están de pie frente al espejo, en el que
no hay nada más que un consecuente reflejo.

Nada más que el reflejo de dos cuerpos.
La materia está todo el tiempo en guardia.
Qué larga, amplia y larga,
en la tierra, en el cielo y a los lados
cuida de los destinos innatos,
como si por un corzo inesperado en este cuarto
tuviera que desplomarse el Universo.

Wislawa Szymborska
De "Amor feliz y otros poemas"

sábado, 1 de mayo de 2010

El teléfono

Sueño que me despierto
porque oigo el teléfono.

Sueño la seguridad
de que me llama un muerto.

Sueño que estiro la mano
para alcanzar el teléfono.

Pero ese teléfono,
distinto al que era,
se ha vuelto pesado,
como si se agarrara a algo,
como si se clavara en algo,
como si sus raíces se enredaran con algo.
Tendría que arrancarlo
junto son toda la Tierra.

Sueño mi forcejeo
inútil.

Sueño con el silencio,
porque ya no suena.

Sueño que me duermo
y despierto de nuevo.

Wislawa Szymborska
De "Amor feliz y otros poemas"

domingo, 25 de abril de 2010

Del antiguo labrador

I

Se viste el hombre
con el traje intocable
del antiguo labrador..
es allí donde se asienta mejor su vestimenta
porque es allí donde nacieron sus alforjas
y ese color fosforescente del ropaje
extendido por sobre el redondo espacio
de los siglos y segundos.
Contempla los extremos de las copas
de las sierras y las nubes.
Fija su mirada en cada gajo
en cada cercanía y distancia
y ni en las altiplanicies y mesetas
ni aun mucho más allá de las crestas
en el esparcimiento de las ciudades
de las alcobas las aulas y los lechos
encuentra el fuego de un fruto
siempre ahí prendido y oloroso
para todo aquel en busca de tierra
que sujetar y prolongar.
Sintiendo entonces, que en su alma
sólo alberga la presencia
de los que nunca conocieron
el zumbido fresco de los ríos
ni supieron de las brisas
cuando resuenan en los espacios
la continuidad del zumo primerizo
coge las semillas y se las ofrenda al sol.
Se halla triste su alma
se halla triste su sangre
en la que se agolpa
la urgencia de sembrar
hasta en la desértica ponzoña.
No le hablan las fases del mundo
ni le resplandecen las palabras
con sus siembras de inacabable profundidad.
Se le han marchado las pupilas ajenas
hacia los horizontes.
Descubre inmóvil la memoria.
Ve cómo las celdas eslabonadas de la inercia
habitan aún el pasado del río primitivo
con el trueno y las grandes algas del amanecer.
Hacia el lugar que contemple
sólo encuentra
torsos alambrados que huyen
labios huecos irremediablemente carcomiéndose
espasmos contagiosamente agónicos
quedándole como signo de su mirar
hacia la tierra
la mujer
el niño
y el anciano
una hiriente zanja
honda
y tan honda que se liga
al peso incontable de la inmensidad.

Elizabeth Shön
De "Antología poética"

miércoles, 21 de abril de 2010

Del odio profundo al encuentro de mí misma

Quisiera ser otra.
Una capaz de dar rienda suelta
a este odio que escondo adentro.
Liberar esta capacidad mía
de odiar
sombra de la posibilidad de amar.

Quisiera morir maldiciendo
lanzar improperios
rasgar en dos mi vestido
histérica
gritar ofensas hasta el agotamiento
romper jarrones.

Quisiera ser mala
sin el freno de la culpa
la comprensión
la disculpa amorosa.
Devolver siete veces la herida
causar un dolor insoportable
sin que me duela a mí misma.

Quisiera golpear hasta destrozar
asesinar lentamente
con una sonrisa en los labios
ver cómo se extingue impasible la vida
de unos ojos aterrados
sorprendidos
ante mi inesperada maldad.

Y quizás entonces vería
con desesperación
como este dolor
de bestia herida y huérfana
no cesa.

Y desearía ser otra.
Una capaz de consumirse de amor
que comprende
disculpa
complace.

Capaz de amar hasta perdonar
acariciar lentamente
con una sonrisa en los labios
ver como renace intransigente la vida
a través de uno ojos confiados
sorprendidos
ante mi súbito amor.

Desearía ser ésta que he escogido ser.
Y quizás entonces vería
con resignación
como el dolor no cesa...

N. Pinillos

martes, 20 de abril de 2010

Mapa de tinta

Este silencio naranja
que se desgaja

se vuelve tierra
y luego arcilla entre mis manos.

Este anhelo de ser casa
sol y árbol
que apenas llega a ser bosquejo.

Esta sombra que duerme en mi espalda
y que llamo cansancio.

Todo cabe en este mapa de tinta diminuto.


Isabela Méndez 
Tinta sobre papel teñido a mano
por: Isabela Méndez

domingo, 18 de abril de 2010

A mi corazón el domingo

Gracias te doy, corazón mío,
por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata.

Tienes setenta merecimientos por minuto.
Cada una de tus sístoles
es como empujar una barca
hacia alta mar
en un viaje alrededor del mundo.

Gracias te doy, corazón mío,
porque una y otra vez
me extraes del todo,
y sigo separada hasta en el sueño.

Cuidas de que no me sueñe al vuelo,
y hasta el extremo de un vuelo
para el que no se necesitan alas.

Gracias te doy, corazón mío,
por haberme despertado de nuevo,
y aunque es domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el movimiento de un día laboral.

Wislawa Szymborska
De "Mil alegrías -Un encanto-"
Versión de Gerardo Beltrán



Versión original:

Do serca w niedzielę

Dziękuję ci, serce moje,
że nie marudzisz, że się uwijasz
bez pochlebstw, bez nagrody,
z wrodzonej pilnosci.

Masz siedemdziesiąt zasług na minutę.
Każdy twój skurcz
jest jak zepchnięcie łodzi
na pełne morze
w podróż dookoła świata.

Dziękuję ci, serce moje,
że raz po raz
wyjmujesz mnie z całości
nawet we śnie osobną.

Dbasz, żebym nie prześniła się na wylot,
na wylot,
do którego skrzydeł nie potrzeba.

Dziękuję ci, serce moje,
że obudziłam się znowu
i chociaż jest niedziela,
dzień odpoczywania,
pod żebrami
trwa zwykły przedświąteczny ruch.

Wislawa Szymborska

martes, 13 de abril de 2010

El arte negro

Una mujer que escribe siente demasiado
¡esos trances y presagios!
como si bicis, niños e islas
no fueran suficiente; como si lutos, chismes
y vegetales no fueran suficiente.
Ella cree que puede prevenir a las estellas.
Una escritora es esencialmente una espía.
Querido amor, esa chica soy yo.

Un hombre que escribe sabe demasiado
¡qué hechizos y fetiches!
como si erecciones, congresos y productos
no fueran suficiente; como si máquinas, galeones
y guerras no fueran suficiente.
De muebles usados fabrica un árbol.
Un escritor es esencialmente un pillo
Querido amor, ese hombre eres tú.

Nunca amándonos a nosotros mismos,
odiando incluso nuestros zapatos y sombreros,
Nos amamos uno al otro, preciosos, preciosos.
Nuestras manos son puritanas y nobles.
Nuestros ojos están llenos de terribles confesiones.
Pero cuando nos unimos,
los niños quedan revueltos.
Hay demasiada comida y no queda nadie más
para ingerir toda esa extraña abundancia.
Anne Sexton

Nota: La traducción es hecha por mí, las que encontré publicadas por ahí me parecieron terribles, hice lo que pude.



Versión original:
The black art

A woman who writes feels too much,
those trances and portents!
As if cycles and children and islands
weren't enough; as if mourners and gossips
and vegetables were never enough.
She thinks she can warn the stars.
A writer is essentially a spy.
Dear love, I am that girl.

A man who writes knows too much,
such spells and fetiches!
As if erections and congresses and products
weren't enough; as if machines and galleons
and wars were never enough.
With used furniture he makes a tree.
A writer is essentially a crook.
Dear love, you are that man.

Never loving ourselves,
hating even our shoes and our hats,
we love each other, precious, precious.
Our hands are light blue and gentle.
Our eyes are full of terrible confessions.
But when we marry,
the children leave in disgust.
There is too much food and no one left over
to eat up all the weird abundance.
Anne Sexton

lunes, 12 de abril de 2010

Tejidos

A Natalí

Nadie sabrá de tu vigilia
bordando el tiempo de la espera
donde ya nada esperas mujer.

Nadie entenderá el continuo repliegue sobre ti misma
en el retorno de la aguja enhebrada
El círculo hendido que deja intuir
al trasluz del nylon
tu sexo profundo y misterioso
raja de carne viva
suturada por tus manos
sobre el silencio del tambor.

Herida primera que te devuelve
a ese amor que duele
cuando la aguja atraviesa la carne
y el hilo hilvana costuras
en la quietud del alma.
N. Pinillos

domingo, 11 de abril de 2010

Desbordamiento

Por tanta vida que llevo en la sangre
tiemblo
en el vasto invierno.

Y de pronto,
como por una fuente que se desata
en la estepa,
una herida que en el sueño
se reabre,

sin esperanza nacen pensamientos
en el castillo desierto de la noche.

Criatura de fábulas, por las mudas
habitaciones donde se consumen las lámparas
olvidadas,
transcurre leve una palabra blanca:
vuelan palomas sobre la azotea
como en un paisaje de mar.

Bondad, regresas a mí:

se deshace el invierno en el desbordamiento
de mi sangre más pura,
el llanto aún puede ser nombrado dulcemente perdón.
Antonia Pozzi

Versión original:

Sgorgo

Per troppa vita che ho nel sangue tremo, nel vasto inverno.

E all’improvviso,
come per una fonte che si scioglie
nella steppa,
una ferita che nel sonno
si riapre,

perdutamente nascono pensieri
nel deserto castello della notte.

Creatura di fiaba, per le mute
stanze, dove si struggono le lampade
dimenticate,
lieve trascorre una parola bianca:
si levano colombe sull’altana
come alla vista del mare.

Bontà, tu mi ritorni:
si stempera l’inverno nello sgorgo
del mio più puro sangue,
ancora il pianto ha dolcemente nome
perdono.
Antonia Pozzi

jueves, 8 de abril de 2010

Noche

Tal vez esta noche no es noche,
debe ser un sol horrendo, o
lo otro, o cualquier cosa.
¡Qué sé yo! Faltan palabras,
falta candor, falta poesía
cuando la sangre llora y llora!

¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Si sólo me fuera dado palpar
las sombras, oír pasos,
decir "buenas noches" a cualquiera
que pasease a su perro,
miraría la luna, dijera su
extraña lactescencia tropezaría
con piedras al azar, como se hace.

Pero hay algo que rompe la piel,
una ciega furia
que corre por mis venas.
¡Quiero salir! Cancerbero del alma.
¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!
¡Pudiera ser tan feliz esta noche!

Aún quedan ensueños rezagados.
¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces
¡Y mis pocos años! ¿Por qué no?
La muerte está lejana. No me mira.
¡Tanta vida, Señor!
¿Para qué tanta vida?

De "La última inocencia" 
Alejandra Pizarnik

La morada vacía

Esta morada vacía
sin techo y sin ventanas
situada en ninguna parte
en la aridez
en lo escaso
en el pedir y saber que no hay.

Esta morada vacía
sin puertas y sin paredes
al otro lado de la noche
en la nostalgia perpetua
en lo que nace ya muerto.

Esta morada vacía
sin piso ni  fundaciones
liviana, volátil, desvanecida
sola en su abandono
ya no espera visitas
ya no cobija a los vivos
oye el eco del silencio
que le arroja su vacío.

N. Pinillos

miércoles, 7 de abril de 2010

Canción de amor de una joven loca

Cierro los ojos y el mundo muere;
Levanto los párpados y nace todo nuevamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Las estrellas salen valseando en azul y rojo,
Sin sentir galopa la negrura:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Soñé que me hechizabas en la cama
Cantabas el sonido de la luna, me besabas locamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Dios cae del cielo, las llamas del infierno se debilitan:
Escapan serafines y soldados de satán:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Imaginé que volverías como dijiste,
Pero crecí y olvidé tu nombre.
(Creo que te inventé en mi mente).
 
Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti;
Al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente.
Cierro los ojos y el mundo muere.
(Creo que te inventé en mi mente).
 Sylvia Plath

Versión original:

Mad Girl's Love Song

I shut my eyes and all the world drops dead;
I lift my lids and all is born again.
(I think I made you up inside my head).

The stars go waltzing out in blue and red,
And arbitrary blackness gallops in:
I shut my eyes and all the world drops dead.

I dreamed that you bewitched me into bed
And sung me moon-struck, kissed me quite insane.
(I think I made you up inside my head).

God topples from the sky, hell’s fires fade:
Exit seraphim and Satan’s men:
I shut my eyes and all the world drops dead.

I fancied you’d return the way you said,
But I grow old and I forget your name.
(I think I made you up inside my head).

I should have loved a thunderbird instead;
At least when spring comes they roar back again.
I shut my eyes and all the world drops dead.
(I think I made you up inside my head).
Sylvia Plath

El por qué y el cómo de este blog

Surge por la necesidad quizás vanidosa, quizás urgente, de compartir mis textos, aquellos que pretenden ser un ejercicio literario y que también, sin querer ser confesionales, llevan algo de mi propia intimidad, de esa que va más allá de los hechos, las historias, los sujetos y tiene que ver con esa zona oscura,  a veces innombrable, que es común al alma humana. En este sentido hay voces femeninas que me atraen poderosamente, algunas hace tiempo conocidas, otras recién descubiertas, poetas consagradas que también llenarán este espacio, voces con las que me siento identificada, aunque no comparta con ellas ni la tragedia de sus vidas, ni el exquisito dominio de la forma y la palabra. Tal vez porque las heridas son siempre de amor con diferentes grados de profundidad y gravedad y las cicatrices, de batallas ganadas o perdidas, pero siempre de lucha a muerte.
El clan de la cicatriz, hace referencia a la condición femenina explicada por Clarissa Pinkola  Estés en su libro Mujeres que corren con los los lobosen la cual mujeres de todos los colores, naciones y lenguas  a lo largo de los siglos, han hecho frente a sus heridas, dolores, vergüenzas... y pueden contarlo con orgullo. Para mí la palabra hablada y escrita es vehículo de redención.
Escarlata es a la vez tejido, que nos conecta o nos arropa y color, que representa el sacrificio, la sangre, el desgarramiento, pero también la pasión,  la vida vibrante, el hambre y el deseo.
Voces escarlatas del clan de la cicatriz es un homenaje a mujeres poetas o aprendices de poeta que han considerado que temas  tan antiguos como el amor, el desamor, la muerte, la desolación, el vacío, la ausencia, siguen siendo respetables y esenciales en el camino del ser humano en general y de la sensibilidad femenina en particular, más allá de los tópicos machistas.